Introducción
Elegí esta obra de Miguel Delibes por la profundidad que hay detrás de una despedida del lugar que se considera hogar, no solo por el lugar en sí, pero también por las personas, experiencias, emociones, tradiciones, la seguridad del saber y conocer lo que va a suceder dentro de tu pequeño mundo.
El camino nos cuenta la historia de Daniel “el Mochuelo”, un niño de once años, que está en las vísperas de dejar su pequeño pueblo para ir a estudiar y «ser algo muy grande en la vida»1, no puede dormir y se dedica a pensar en lo que eso va a conllevar y a recordar su vida, amigos, vecinos, experiencias, chismes, tradiciones, festejos, problemas, amores, muertes y demás en su pequeño pueblo, al que considera más que suficiente.
El valor que quiero resaltar en esta obra la evolución del amor de un niño que va entrando a la adolescencia y va descubriendo distintas emociones y sentimientos dentro de él.
Descubriendo el amor
La primera experiencia “del Mochuelo” con los temas del “amor” es a los ocho años cuando un día estando desnudo en el campo tirado junto a sus amigos se ponen a discutir por primera vez acerca de «eso»2; sobre como nacen los bebes. “El Mochuelo” descubre dentro se si una afinidad que antes no había sentido por su madre, una «consanguinidad»3.
Creo que es muy real y uno puede relacionarse con “el Mochuelo” y sus primeras emociones y pláticas con sus amigos, de la misma manera uno se puede identificar con “el Mochuelo” cuando se enamora por primera vez de “la Mica”, una muchacha nueve años mayor que él, y que por los siguientes dos años será todo su mundo.
Este primer encuentro se produce cuando está robando junto a sus amigos unas manzanas de la huerta del padre de “la Mica” y son atrapad por ella. “La Mica” solo los regaña y hasta les regala unas manzanas, pero, para “el Mochuelo”, esta reprimenda fue un punto clave en su experiencia del amor y lo que estos sentimientos conllevan4.
En otro momento dentro de su octavo año de vida descubre otra faceta del amor: los celos. La madre “del Mochuelo” siente un cariño maternal por una niña del pueblo, “la Mariuca-uca”, que no tiene madre y su padre no es muy delicado que digamos. Por esto “el Mochuelo” siente celos de la niña5. Pero esta no es la única razón por la que “el Mochuelo” siente cierta aversión y desagrado por la niña, sino también porque esta se la pasaba siguiendo “al Mochuelo” a todos lados sin dejarlo en paz y hostigándolo con preguntas acerca de “la Mica” y lo que este sentía por ella6.
Madurando
Dos años después “el Mochuelo” comenzó a reflexionar acerca de sus sentimientos sobre “la Mica” y llegó a la conclusión de que:
Hay cosas que la voluntad humana no es capaz de controlar. Daniel, el Mochuelo, acababa de averiguar esto. Hasta entonces creyó que el hombre puede elegir libremente entre lo que quiere y lo que no quiere… Pero nada más abandonar la finca de indiano con una manzana en cada mano y las orejas gachas, el Mochuelo comprendió que la voluntad del hombre no lo es todo en la vida. existían cosas que se le imponen al hombre y lo sojuzgan y lo someten a su imperio con cruel despotismo. Tal –ahora se daba cuenta- la deslumbradora belleza de la Mica7.
“El Mochuelo” se encuentra “controlado” por “la Mica”, cada vez que esta se encuentra en el pueblo todo es luz, colores y alegría, pero cuando esta no está todo es gris y monótono8.
Un día “el Mochuelo” se encuentra de camino a la Iglesia, cuando “la Mica” detiene su coche junto a él y le ofrece llevarlo a la Iglesia, este se encuentra completamente embobado con “la Mica” que después le pidió le llevara unos quesos de su padre a su casa, después de este encuentro incluso llegó a pensar positivamente acerca de tener que irse a la ciudad a “progresar” y así poder algún día estar a la misma altura social que “la Mica” y poder casarse con ella. Pero mientras estaba de regresando a su casa “la Mariuca-uca” le pregunto si quería más a “la Mica” que a ella, a lo que “el Mochuelo” respondió que él quería a “la Mica” por guapa y que ella era fea por sus pecas9.
Corazón roto y un verdadero amor
“El Mochuelo” canta en coro las notas más agudas durante la misa del patrono del pueblo, después de esto “la Mica” lo felicita acompañada de su novio, “el Mochuelo” siente que ya no hay razón para seguir viviendo mientras sufre las bromas de sus demás amigos: “Niña marica; niña marica” por haber cantado en el coro. En el centro del pueblo se encuentra el famoso palo ensebado con un premio en la cima para quien pueda escalarlo, “el Mochuelo” se dirige a este y comienza a treparlo presa de la ira y desilusión que siente dentro de él, cuando logra llegar a la cima todo el pueblo es mudo testigo de su hazaña y el llegar al suelo, es la sensación del pueblo y ya no encontraba motivos para estar tan atribulado10.
Este momento en su vida le permitió “al Mochuelo” dejar atrás ese primer fogonazo de pasión infantil por “la Mica”, y ver que la “Mariuca-uca” no era tan insoportable como él creía, que en realidad era muy agradable y se sentía a gusto estando con ella, incluso, un día que esta se perdió en el bosque, “el Mochuelo” se dio cuenta que sí que el gustaban sus pecas y que no quería que se la comiera un lobo11.
Al poco tiempo de esto “el Mochuelo” cumplió los once años y era momento de irse a la ciudad a “progresar”, sus últimas palabras en este libro son para “la Mariuca-uca”: «Adiós Uca-Uca… Uca-Uca… no dejes que la Guindilla te quite las pecas, ¿me oyes? ¡No quiero que te las quiten!»12
Conclusión
Recomiendo El camino y a Miguel Delibes, pues este es solo uno de los muchos temas que se tocan en este libro de forma sencilla y profunda a la vez. Creo que “el Mochuelo” hace eco en ese niño que cada uno de nosotros tenemos en el corazón y nos muestra como la vida está llena de sencilleces que llenan y momentos extraordinarios que moldean nuestras vidas.
1DELIBES Miguel, El camino, Destinolibro 100, 1991, 11
2Ibid. 68
3Ibidem
4Cfr. Ibid. 112-116
5Cfr. Ibid. 112-113
6Cfr. Ibid. 114-116
7Ibid. 128
8Cfr. Ibid. 129-134
9Cfr. Ibid. 135-139
10Cfr. Ibid. 183-187
11Cfr. Ibid. 194-197
12Cfr. Ibid. 223-224