Legion of Christ College of Humanities

Educación, Humanismo y Humanidades

Actualmente el ser humano se ve sumergido en una cultura dominada por la exacerbada ideología del consumismo. El hombre busca tener y poseer más y más, y cuando es capaz de poseer todo, sigue sintiéndose poseído por el insaciable deseo de querer más y más cosas. Ahora bien, probablemente surge la interrogante de qué tiene que ver el consumismo con el estudio de las humanidades actualmente. Por increíble que parezca, tiene mucho que ver más de lo que se que se puede creer. Como fundamento de ello, cito el famoso epigrama atribuido a Plinio el Joven: “Non multa, sed multum”(1) y es precisamente, con este epigrama, con el que quiero abrir este breve ensayo.

Educación

La palabra educación tiene su raíz en el verbo latino duco, el cual significa, conducir, llevar, sacar. La educación pretende sacar al estudiante de los oscuros y tenebrosos abismos de la ignorancia, que es, en efecto, el peor de los males, conduciéndolo así hacia los valles del conocimiento, donde el individuo puede saciar su sed en los pozos de la cultura y la sabiduría. Sin embargo, la cultura actual influenciada por el consumismo, resultado de eventos como la revolución industrial o tecnológica, ha optado por una educación meramente científica, práctica, dejando a un lado de sus sistemas educativos el estudio de las humanidades.

Cabe aclarar que, estudiar ciencia no es malo, no obstante, estudiar solamente ciencias es algo incompleto. Hago la analogía con un enorme pedazo de mármol. Una persona de ciencia me podrá dar una acertada medida de dicho monolito, su peso, su área, su densidad. Sin embargo, una persona de cultura sacará de esta sólida piedra una obra maestra, como el David o La Peitá de Miguel Ángel. Si una persona quiere ser una educada y erudita, debe estar instruida de manera íntegra en el conocimiento, lo cual, es una basta tarea, pero siguiendo el mismo principio: “Non multa, sed multum”(2).

Humanismo

Los conocimientos que el hombre del siglo XXI posee no son, ciertamente, los mismos que un erudito de la Antigua Grecia. Sin embargo, el espíritu ávido de conocimiento tiene que ser el mismo en ambos. Actualmente, la sociedad egoísta, indiferente y enfocada solamente en sí misma ha deshumanizado a las personas. Los medios de comunicación han mejorado la capacidad de contacto con otras personas, no obstante, no las han hecho más humanas. Si se quiere entender más al hombre, para hacer de este más humano, es menester volver a los clásicos, para comprenderlos y adaptarlos a los tiempos actuales. Pienso en la Ilíada de Homero, una obra maestra de la literatura, que presenta personajes como Aquiles, Héctor, Paris, Ulises, los cuales, encarnan el ideal de un ciudadano griego de aquella época, y que siguen dando respuestas a nuestros interrogantes de hoy en día.

Para aclarar mejor este punto, pongo como ejemplo el libro VI de la Ilíada, cuando Héctor, que regresa a Troya tras un largo combate, se debe quitar el tremolante casco que porta para abrazar a su hijo, Astianacte, ya que este no lo reconoce (3). He aquí la reflexión, el padre, mientras está en el trabajo, es un extraño para su hijo. Un padre tiene que quitarse la armadura, debe despojarse de su ropa de trabajo y hacerse vulnerable si quiere amar realmente a su hijo. Aquí se puede ver algo tan patente, algo que se remonta a tiempos de Homero, que, no obstante, sigue resonando hasta el día de hoy. Un padre quiere ser trascendido por su hijo, como se observa con Héctor y Astianacte, sin embargo, la paradoja es que el padre le impone un molde a su hijo. Aquí yace un ejemplo, que hasta la fecha se sigue pasando en el mundo actual, por lo que reitero: si se quiere ser más humano, se debe profundizar en los clásicos para encontrar las respuestas, siguiendo el mismo principio, “non multa, sed multum”.

Humanidades

Las humanidades son el conjunto de algunas asignaturas que tienen como al centro el hombre y sus valores, ideales y realizaciones, sobre todos las espirituales. Si bien es cierto que las humanidades no buscan dotar al sujeto de habilidades para la salir al paso de las necesidades de su vida práctica, sí proporcionan un equipamiento que llena de riqueza su personalidad, como si tratase de un sastre que busca vestir elegantemente a su cliente. No con mucha y recargada indumentaria, sino con aquellas que son esenciales para que la persona sea notable y selecta entre sus coetáneos. “Non multa, sed multum”.

En síntesis, hemos hablado de que la sociedad, atosigada por el consumismo, ha caído en una total deshumanización de la persona humana. Si bien es cierto que las ciencias han respondido a muchas de las necesidades y problemas del hombre moderno, no lo han hecho más humano. Para resolver esta situación, hay que inculcar al hombre no solo una educación científica y práctica, sino también enriquecida con el estudio de las humanidades, que lo lleva a salir de su ignorancia y buscar la respuesta a las interrogantes más profundas del corazón humano. No buscando muchas cosas, sino muchas (en profundidad) para hacer del hombre un “imperio de la armonía” (4).

 

 Citas Bibliográficas

  1. PLINIO EL JOVEN, Cartas, 7, 9.
  2. Ibid.
  3. HOMERO, La Ilíada, libro VI
  4. F. TAMAYO, Humanidades Clásicas: Legado Perenne, AWS Editorial Team, United States 2022, 15.

Bibliografía

  1. TAMAYO, Humanidades Clásicas: Legado Perenne, AWS Editorial Team, United States 2022.
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